La iluminación natural, exterior o interior, de un edificio es un elemento con una doble vertiente. Por un lado aporta energía lumínica y por otro tiene una función decorativa. Ambas deben complementarse y buscar juegos de luz y sombras para crear espacios, sensaciones y dar forma y carácter a los edificios y sus estancias.
Un edificio se parece, salvando las distancias, a un organismo vivo. Y son los elementos que el arquitecto incorpora al proyecto los que le confieren ese carácter de vida, como si fuera un creador de mundos. Pero hay un elemento inmaterial que ayuda a que esta afirmación se vea ratificada: la luz, y por ende, la iluminación.
La luz se convierte en materia cuando, con su suave abrazo, nos muestra la realidad de nuestro entorno, apropiándose de los rincones y objetos de la casa, y les da la vida con su cálido aliento.
Iglesia de la luz, una de las obras más icónicas de Tadao Ando (1988). Foto arquitecturaydiseño.es
A lo largo de la historia han sido muchos arquitectos los que han defendido la luz natural como un complemento indispensable e intrínseco en sus obras. Dalí, Le Corbusier, Larsen, Tadao Ando,…, y muchos otros, han aprovechado la luz y otros recursos naturales para realzar y optimizar la arquitectura, tanto como una forma de ahorrar energía y mejorar la habitabilidad, como herramienta de expresión de los espacios arquitectónicos, modelando las formas y la percepción de los elementos.
Casa Batló de Gaudí. Foto: Sara Terrones
No sólo por su condición económica, la luz natural es gratuita, sostenible y permite ahorros visibles, sino también por los beneficios para nuestra salud, la utilización de la luz natural debe ser uno de los primeros recursos a tener en cuenta en cada proyecto.
La luz natural, o su ausencia, determinarán el uso que se le de a cada espacio, la elección de los colores o el estilo y la cantidad de los muebles, así como la intensidad y el color de la luz artificial requerida.
Casa La Finca, Madrid. Foto: Pepe Cabrera Architecture
Por eso, la premisa principal del arquitecto es disponer de soluciones de iluminación natural eficientes y de calidad, que aporten la luminosidad requerida en esta época en que pasamos grandes periodos de tiempo en el interior de los edificios.
Hoy en día la tecnología, como en otros muchos ámbitos de nuestras vidas, es una gran aliada para la proyección y estudio de la iluminación en arquitectura tanto en interiores como en exteriores. La utilización de imágenes renderizadas, vídeos y la realidad virtual ayudan al arquitecto a visibilizar todas las posibilidades de aplicación de la luz, así como al cliente a “materializar” su proyecto de forma fiel.
En Pepe Cabrera la luz natural está siempre presente en los proyectos de arquitectura, renovación o decoración, ayudando a crear ambientes para sentirse bien, gestionando la luz en el espacio y la arquitectura lumínica de forma eficiente.
